El estado fenológico del olivar dependerá de la climatología, de la altitud y de la variedad…
En nuestra zona, existe una gran variabilidad en este sentido pero en el inicio de mayo nuestro olivar se suele encontrar en la fase de floración (F3-F4). En zonas más cálidas (zonas más próximas a la vega), los olivos pueden estar en plena floración (flores abiertas, F3) o incluso iniciando el cuajado (F4). Las bajas temperaturas de finales de marzo e inicio de abril han podido ralentizar este proceso.
En algunas zonas, especialmente en variedades tempranas como Picual, puede haber pequeños frutos recién formados (F5) (tamaño de cabeza de alfiler). En áreas más frías (como Sierra de Parapanda u otras comarcas montañosas), los olivos pueden estar terminando la brotación y empezando la floración.
Recomendaciones para el cultivo del olivar (finales de abril – mayo):
- Manejo del riego: Aunque este año ha llovido mucho y difícilmente el olivo sufrirá estrés hídrico, esta medida es clave en primavera…
- Si hay floración o cuajado, evitar estrés hídrico para asegurar un buen rendimiento.
- En secano, monitorear posibles lluvias y ajustar labores para conservar humedad.
- Fertilización:
- Aplicar potasio y boro para mejorar el cuajado y desarrollo inicial del fruto.
- Evitar exceso de nitrógeno para no favorecer brotación tardía que compita con el fruto.
2. Control de plagas y enfermedades:
- Mosca del olivo: Vigilar primeras generaciones (uso de trampas cromáticas o tratamientos autorizados si hay umbral de daño).
- Repilo: En zonas húmedas, aplicar fungicidas preventivos (cobre o sistémicos) si hay hojas con manchas.
- Polilla del olivo (Prays oleae): Controlar en fase de floración si hay daños significativos.
3. Manejo de cubiertas vegetales:
- En secano, segar o desbrozar cubiertas herbáceas para reducir competencia por agua.
- En riego, mantener cubiertas para mejorar suelo (pero controlar malas hierbas agresivas).
4. Poda (si no se ha hecho): Evitar podas drásticas en floración/cuaje. Solo retallar chupones o ramas secas.
Seguimiento Fenológico de racimos florales y asegurar un correcto cuajado de frutos. Realizar conteos periódicos para detectar problemas de brotación o caída de botones florales.
Con un manejo adecuado en estas fechas, el olivo tendrá una floración equilibrada y un mejor potencial productivo.
