El cultivo de olivar parece estar de moda y en la actualidad vemos que muchos terrenos se les está cambiando el uso…
Hay que tener en cuenta que no todos los suelos son apropiados para todos los tipos de olivo… Para garantizar buenas cosechas es necesario que se elija bien la variedad de olivo atendiendo al tipo de suelo. Existen diferentes suelos en los que se puede desarrollar un olivo. El suelo ideal para el olivo depende de la variedad…
Como clasificar los tipos de suelo:
Según propiedades químicas:
Salinidad: La salinidad en suelo se mide mediante la Conductividad Eléctrica (CE). Existen 4 valores críticos que afectan a la producción del olivar. Los suelos con menos de 2.7 dS/m permiten una máxima producción. Los suelos con aproximadamente 3.8 mS/m reducen en un 10% la producción máxima. Los terrenos con 5.5 dS/m aproximados reducen un 25% la producción esperada para una variedad. Y por último los suelos con más de 8.4 dS/m reducen más del 50% la producción del olivar.
PH: el mejor pH del suelo para el olivo es el cercano a 7, conocidos como suelos neutros. Existen otros tipos de suelo dependiendo del pH como son los suelos ácidos cuyo pH es de 5.5 a 7, y los suelos básicos cuyo pH varía entre pH 7 y 8.5. Se deben evitar los suelos que se alejen de estos valores de pH.
Nutrientes: Los nutrientes básicos que necesita el olivo son el Nitrógeno, el Fósforo y el Potasio (NPK). Si el suelo es deficitario en alguno de ellos se clasifica al terreno como deficitario en el elemento específico. Si hay una relación óptima y abundante entre ellos se clasifica a la tierra como suelo equilibrado. Por otro lado, si no es abundante se clasifica como suelo pobre. Los suelos conocidos como tóxicos para el olivo son aquellos que tienen más de 2 mg/kg de tierra en Sodio y Boro, y más de 200 mg/kg de Cloro o Calcio (suelo calizo).
Según propiedades físicas:
Textura: Se clasifican según su granulomería en Arena, Limo y Arcillas. Se puede encontrar cualquier mezcla de ellos.
Profundidad: Suelos de más de 1.2 metros de profundidad (aptos para el olivar) y suelos con menos de 0.8 de profundidad (suelos desfavorables para el olivo).
Aireación: Se clasifican en suelos con mala aireación (perjudiciales para el olivo) y suelos con buena aireación.
Según Historial del cultivo: Encontramos dos tipos:
Suelo inculto. Este no presenta riesgos biológicos para el olivar.
Suelos precultivados. Dependiendo del tipo del cultivo anterior pueden existir fitopatógenos. Se desaconseja plantar olivos en suelos cultivados previamente con tomate, pimiento, berenjena, melón y algodón.
De forma general y a modo de resumen podemos decir que el mejor suelo para la plantación del olivar es aquel que presenta una textura franca, una profundidad de más de 1.5 metros, una buena aireación, la salinidad por debajo de los 2.7 dS/m, un pH cercano a 7, un NPK abundante y equilibrado, baja toxicidad por Na, B o Cl, y un suelo cultivado previamente por cereales.