Cultivo del Olivo:

El cultivo del olivo nos lleva acompañando desde hace siglos en nuestro país y por todos son conocidas la multitud de propiedades que este aporta. Se trata de uno de los cultivos más estudiados del mundo, y está extendido por la mayoría de países, dando especial mención a países mediterráneos como España, Italia o Grecia; siendo estos los mayores productores de aceite de oliva en cuanto a calidad y cantidad.

El clima óptimo para el olivar

El olivo es una especie muy resistente y se encuentra totalmente adaptado a nuestro clima mediterráneo, donde los inviernos son suaves, las primaveras soleadas y los veranos calurosos.

Aguanta muy bien las heladas de este clima aunque por debajo de 10 ºC bajo cero el árbol sufre daños. Para su óptima explotación, el olivo debe tener una temperatura media anual de 15-20°C. Pudiendo llegar a máximas de 40°C sin causar daño alguno.

(En el siguiente enlace puedes consultar las condiciones idóneas para el cultivo del olivo: https://es.wikipedia.org/wiki/Olea_europaea )

¿Cómo regar el olivo?

El olivo es un cultivo acostumbrado a los periodos de sequía. Sus hojas, pequeñas y con un envés pulverulento y velloso, consiguen mantener más tiempo la humedad.

Por el contrario, si queremos obtener una buena producción de aceite de oliva tendremos que regar, sobre todo en épocas de mucha sequía.
Hay unos periodos críticos en los que es muy recomendable establecer un riego. Siendo más necesario en época de desarrollo de la flor, la formación de la aceituna o cuando el árbol es joven y se encuentra en etapa de crecimiento entre otros.

Sin embargo, de la misma manera que es importante el riego para este cultivo, igual o más importante sería no pasarnos en la cantidad de agua. El olivo es un cultivo bastante sensible al exceso de riego o a terrenos encharcados con drenaje insuficiente. Se pueden originar enfermedades como el veticilio https://es.wikipedia.org/wiki/Verticillium.

Por último, cabe destacar lo rústico de esta planta. Es por eso que permite crecer en lugares complicados, como suelos calizos o salinos (siendo bastante resistente a la salinidad).

Calendario de olivo. Labores y tareas

El olivo es un cultivo que no requiere muchas tareas (comparándolo con otras plantaciones como árboles frutales o la vid). No obstante, hay fases cruciales que pueden llegar a determinar el futuro de la cosecha. Ya sea de recolección para aceituna de mesa o para la producción de aceite. A continuación, vamos a exponer un calendario general de tareas básicas para el olivar. Pudiendo variar en un mes arriba o abajo, según la zona de cultivo.

Enero y Febrero

En la mayoría de sitios de nuestro territorio está casi finalizada la recolección de la aceituna. Es momento perfecto para realizar algunas labores de poda del olivo y adecuar la estructura del árbol para la siguiente producción de aceituna. Con la operación de la poda, conseguimos dirigir el árbol hacia donde queremos, con la densidad vegetal que queremos, la forma de la copa, etc. La poda nos sirve también para equilibrar producciones (ya que no siempre es mejor producir más), e incluso para reparar y restaurar partes dañadas del árbol.

En esta época tenemos yemas de invierno totalmente cerradas, e incluso pueden permanecer inalteradas hasta bien entrado febrero. Todo dependerá del clima que haga.

https://www.certiseurope.es/noticias/detalle/news/control-del-prays-del-olivo

Febrero y Marzo

En esta segunda fase de formación del futuro fruto, conocido como fase 2 o brotadura, las yemas se van engrosando poco a poco. En esta fase, que puede suceder entre los meses de febrero y marzo, es común ver las primeras apariciones de prays, una plaga bastante común en el olivo. Para resolver este problema, podrás encontrar una gran cantidad de productos fitosanitarios que funcionan bastante bien.

Además, es interesante reforzar el abono con nitrógeno, fuente de reserva de energía y estímulo para la producción de nuevas hojas y engorde de frutos.

Marzo

El olivo continua con su desarrollo para la siguiente campaña. En esta época es interesante aportar un abono completo de nitrógeno, fósforo y potasio, con especial atención al primero. Habrá que controlar la mosca del olivo y prestamos atención a la posible aparición de enfermedades como el repilo, el cual aplicaremos productos a base de cobre. Sobre todo teniendo en cuenta que en esta época del año es muy común que caigan algunas lluvias de primavera.

Si se trata de una finca de laboreo, en esta época del año es recomendable labrar el terreno. En caso de una finca de no laboreo, se echará herbicida para eliminar las malas hierbas que puedan surgir con las precipitaciones y la humedad.

Abril

Es aquí donde comienza una etapa crucial en el desarrollo de la aceituna. Aún tenemos tiempo de aplicar productos que encajen con la formación y el cuajado de frutos, como estimulantes vegetativos, soluciones a base de fósforo e insecticidas para el control de plagas; muy comunes en esta época.

Si por el contrario se prefiere mantener el olivar sin tanta carga (o incluso nula) de productos fitosanitarios, existe el camino que lleva al olivar ecológico.

Mayo

Este mes abre paso a la aparición de las primeras flores, incluso pudiendo ver en algunas los estambres. Es habitual en estos meses, si se observa mosca en el olivar, controlarla haciendo uso de foliar. Siendo recomendable aplicarlo al comprobar que, más o menos, un 20% de las flores se han abierto.

Junio y Julio

Estos meses son esenciales para el desarrollo de la futura aceituna. Habiendo tenido un cuaje interesante, es momento de equilibrar todos los nutrientes del olivo y aportar la energía necesaria para el desarrollo final del fruto.

A su vez, en fincas de laboreo daremos una segunda vuelta muy beneficiosa para el terreno.

Agosto y Septiembre

A partir de esta etapa, prácticamente tenemos un fruto a mitad de su tamaño final, con el hueso endurecido o en vías de endurecerse. Deberemos de seguir teniendo cuidado con la mosca del olivo, ya que esta suele alimentarse picando de los frutos en vías de formación.

Es época también de eliminar las varetas formadas en la parte inferior del tronco del olivo. Es esencial este trabajo ya que dichas varetas reducen la fuerza con la que la savia llega a otras partes del olivo.

De igual forma, sería ideal labrar el terreno en cultivos de laboreo. Por el contrario, en cultivos de no laboreo, es recomendable soplar las hojas acumuladas debajo de cada olivo hacia el exterior para conseguir una cubierta vegetal entre olivo y olivo. Consiguiendo evitar así una posible erosión con las lluvias venideras.

Octubre

En octubre, como norma general, el fruto adquiere su tamaño final. Este mes da paso al proceso de maduración y cambio de color. Debido a las precipitaciones de esta época del año, la enfermedad del repilo puede llegar a instalarse en el olivar. Hay que tener especial atención a los tratamientos preventivos con cobre para evitar perder un porcentaje de cosecha estando tan cerca de la misma.

En cuanto a la fertilización, comenzamos a aumentar los niveles de potasio al cultivo, con objeto de facilitar la etapa de maduración. En fincas de laboreo en las que previamente hemos labrado, es época de pasar el rulo para conseguir unos terrenos ideales para la futura recolección de la aceituna. Dependiendo de la zona en la que se encuentra la finca, la labor del rulo podría adelantarse a Septiembre.

Noviembre y Diciembre

En estos meses finales, tendremos ya prácticamente todas las aceitunas con el cambio de color, de verde a morado oscuro. Aplicaremos abonos NPK ricos en potasio.

Por último, llega el momento de recoger los frutos de todo un año trabajado, la recolección de la aceituna.