La cantidad de agua que necesita el olivar dependerá de múltiples factores. Los más determinantes son las características del suelo, edad del árbol, condiciones climáticas o marco de plantación…
Según Marco de Plantación:
Un olivar tradicional en etapas tempranas de crecimiento (primeros años de vida), la cantidad de agua necesaria puede ser menor, oscilando entre 1.500 y 3.000 litros por año. En plena producción requiere un mínimo de 2.500 a 3000 m3/ha y año.
Salvando estos dos últimos años en los que hemos sufrido una gran sequía, cuando hablamos de olivar de secano, la lluvia media suele llegar a cubrir el 60-70% de las necesidades del olivar…
En un olivar intensivo esta cifra puede llegar hasta 5.000 m3/ha dado que la densidad de plantación es mayor que en el olivar tradicional y ronda entre los 200 y los 600 árboles por hectárea. La vida útil de una plantación de olivar intensivo suele rondar los 40 años.
Un olivar super-intensivo es capaz de reducir el consumo de agua con respecto al intensivo hasta situarse en los 3.000 m3/ha con una densidad de plantación de entre 1.000 y 2.000 árboles por hectárea. Una ventaja adicional es la completa mecanización de la cosecha mediante los arajes especiales y la reducción de costes de producción. Como contraprestación, el olivar superintensivo tiene una vida útil de entre 15 y 20 años.
Aún siendo estas unas cifras de referencia, es importantísimo conocer la tipología de suelo y la evapotranspiración que existe en la zona para poder ajustar al máximo la cantidad de agua que se aplicará en cada riego.
Además, el uso de sensores puede reducir hasta un 35% el consumo de agua para este cultivo simplemente utilizando sensores de suelo y monitorizando el consumo de agua.
El control hídrico en el olivar es imprescindible:
El control del agua es fundamental en el olivar para:
- Mejorar rendimientos: Un exceso de agua puede provocar que las aceitunas desarrollen huesos más grandes de lo esperado.
- Control de enfermedades a causa del exceso de humedad.
- Mejorar la absorción de nutrientes y fertilizantes.
Desde aceites Morales recomendamos apostar por complementar el agua de lluvia con riego por goteo evitando que el olivar sufra estrés hídrico en etapas clave como primavera, durante el periodo de prefloración, y en septiembre y octubre durante la consolidación del fruto.
Recomendamos el uso de sensores de humectación para que puedas comprobar el nivel de hidratación de tus olivos así como llevar un control de la cantidad de litros de agua de lluvia.