Eficacia del Riego Deficitario Controlado en el Olivar

El riego deficitario controlado (RDC) en olivar es una técnica muy estudiada y aplicada en zonas mediterráneas con escasez de agua. Su eficacia depende de manejar bien qué fases del ciclo del olivo toleran el déficit y cuáles no.
Principios del riego deficitario en olivar
El olivo es un árbol rústico y muy eficiente en el uso del agua, capaz de mantener la producción con consumos menores que otros cultivos leñosos.
No todas las fases del ciclo son igual de sensibles a la falta de agua. El RDC busca restringir el riego en momentos de baja sensibilidad y mantenerlo en etapas críticas.
Sensibilidad del olivo al déficit hídrico:

  1. Brotación y floración (abril-mayo)
    Alta sensibilidad.
    Déficit → caída de flores, bajo cuajado, reducción de cosecha.
    Mejor no aplicar déficit aquí.
  2. Endurecimiento del hueso (junio-julio)
    Fase de baja sensibilidad.
    Se puede aplicar déficit moderado sin pérdidas significativas en rendimiento final.
    Ahorro de agua importante.
  3. Engorde y acumulación de aceite (agosto-octubre)
    Alta sensibilidad.
    Déficit → frutos pequeños, menos rendimiento graso, menor calidad de aceite.
    Conviene mantener un riego suficiente.
  4. Maduración y recolección (noviembre-enero)
    Sensibilidad media-baja.
    Un déficit ligero no afecta demasiado a cantidad, aunque sí puede acelerar maduración.
    📊 Resultados de eficacia
    Estudios en España y otros países mediterráneos muestran que con RDC bien planificado se puede ahorrar entre un 20–40% de agua con pérdidas mínimas de producción (<10%) e incluso mejoras en la calidad del aceite (más polifenoles, más estabilidad).
    En olivares superintensivos, el margen de déficit tolerable es menor que en olivares tradicionales, porque la planta está más exigida.
    El RDC también puede mejorar la eficiencia en el uso del agua (kg aceituna o L aceite por m³ de agua), que es un indicador clave en zonas de sequía.

En resumen:
El riego deficitario en olivar es eficaz y rentable si se aplica en la fase de endurecimiento del hueso (junio-julio) y se evita en floración y engorde del fruto. Bien gestionado, permite ahorrar mucha agua sin sacrificar apenas producción y, en ocasiones, mejorando la calidad del aceite.